LECTURAS DEL
MATRIMONIO – 2
Evangelios
-7-
(Mt 19,3-6)
Por voluntad de Dios, que nos creó, el vínculo que une a los matrimonios nunca debe romperse. Los esposos que quieren ser fieles al pensamiento del Creador se esfuerzan cada día para que nada les separe el uno del otro, ni en los hechos ni en el corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
MATRIMONIO – 2
Evangelios
-7-
(Mt 19,3-6)
Por voluntad de Dios, que nos creó, el vínculo que une a los matrimonios nunca debe romperse. Los esposos que quieren ser fieles al pensamiento del Creador se esfuerzan cada día para que nada les separe el uno del otro, ni en los hechos ni en el corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerle a prueba. “¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?”
El les respondió: “¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: ‘Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne?’ De modo que ya no son dos sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.”
Palabra del Señor
‑8-
(Mt 22,35-40)
Entre todas las leyes, la de Dios es la que más penetra en nuestra vida íntima. Las demás leyes mandan las cosas que tenemos que hacer. La ley de Dios nos manda que amemos con todo el corazón. El segundo mandamiento de esta ley es el amor al prójimo, y ¿dónde puede realizarse eso de modo más fuerte, más próximo, que en la unión de marido y mujer?
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, un fariseo doctor de la ley preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?”
El le dijo: “Amarás el Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero, el segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos dos mandamientos sostienen a la Ley entera y los profetas.
Palabra del Señor
‑9-
(Mc 10,6-9)
Esta lectura invita, a esforzarse cada día en la vida matrimonial para que nada separe a los esposos el uno del otro, ni en los hechos ni en el corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, dijo Jesús: “Al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.
Palabra del Señor
-10-
(Jn 2,1-11)
El poder de Jesús y la bondad confiada de su madre hicieron que en las bodas de Caná una pena de los novios se convirtiera luego en mayor alegría para todos. También Jesús está presente ahora en esta boda. Y también está aquí su fuerza, para que el agua de cada día se siga convirtiendo en vino nuevo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino y la madre de Jesús dice: "No les queda vino. Jesús le contesta: "Mujer, déjame: todavía no ha llegado mi hora.
Su madre dice a los sirvientes: “Haced lo que él os diga". Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: "Llenad las tinajas de agua". Y las llenaron hasta arriba. Entonces les manda: “Sacad ahora y llevádselo al mayordomo”. Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde venía (los sirvientes si lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al novio y le dice: "Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos el malo; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor
-11-
(Jn 15,9‑12)
La palabra de Jesús es una invitación a la alegría de amar. Amar en el matrimonio, amar unidos con él y con el Padre, amar cada día y en todas partes. Porque precisamente esto es “guardar sus mandamientos”. seguir el camino que él mismo siguió, el camino que se resume en el amor y que es, en definitiva, la única fuente del gozo pleno.
Lectura del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
Como el Padre me ha amado, así os he amado yo: permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté con vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Palabra del Señor
-12-
(Jn 15,12-16)
Una nueva invitación a la alegría de amar. Hasta el fondo, como Jesús. Y al mismo tiempo, una llamada a convertir este amor en fruto. Es decir, una llamada a no encerrar este amor dentro de la pareja, sino sentirse enviados a extenderlo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre,
os lo dé.
Palabra del Señor
Palabra del Señor
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