Estamos en crisis. Eso ya es tan evidente como que la crisis también está afectando a eventos tan importantes como son las bodas. Y no sólo porque se prevé para este año una reducción del número de bodas de un 20% respecto del año anterior, sino porque también está cambiando la forma en la que los novios se enfrentan a los preparativos.
Y es que lo normal era que los novios empezaran a prepararlo todo con un año de antelación, pues los espacios más singulares y con más demanda ya se reservan de un año para otro y porque además los novios no tienen mucho tiempo libre para dedicárselo a todo lo que supone organizar un evento de estas características, y tienen que compaginar su vida profesional y personal con todos los preparativos de su boda.
No obstante, la crisis lo está cambiando todo. Por un lado, la incertidumbre de lo que va a pasar o la certeza de lo que está ya pasando, hace que muchos novios retrasen o incluso anulen su decisión de casarse. Por otro lado, debido a que hay menos bodas, muchos de los espacios, que normalmente a estas alturas estarían reservados, pueden hoy todavía encontrarse con algún viernes o sábado libres en temporada alta (mayo a septiembre) y ya no digamos fuera de temporada. Además, también los novios se están encontrando precios más ajustados que otros años. Todo esto hace que estén apareciendo bodas de “última hora”, es decir, bodas que se organizan dentro del mismo año y decididas en el último momento, con una antelación de 9 meses o incluso inferior.
Y es que los novios que al final, a pesar de la crisis, deciden celebrar su unión este año, se están encontrando con mejores condiciones que otros años y con espacios que a estas alturas nunca hubieran pensado que estarían libres. El problema surge con el escaso tiempo que tienen para prepararlo todo. Por eso, la mayoría de estas parejas suelen acudir a Wedding Planners profesionales que, como expertos en el mercado de bodas, les van a en seguida encontrar el espacio que buscan y sobretodo les van a organizar la boda en un tiempo record.
Los Wedding Planners o “organizadores profesionales de bodas” pueden organizar una boda hasta con 2 meses de antelación, dependiendo claro está del número de invitados y de los servicios que se contraten. No obstante, las bodas requieren un tiempo mínimo y es que las gestiones legales o con las iglesias comportan de 3 a 6 meses con mucha suerte. Por tanto, el tiempo, en el caso de contratar a estos profesionales, va a venir determinado más por el “papeleo” que por lo que necesitan los Wedding Planners para organizarlo todo, ya que sus años de experiencia y su conocimiento del sector convierten los preparativos en algo sencillo, sin molestias, incluso divertido, y sobretodo reduce el tiempo necesario a la mínima expresión.
Por tanto, si decides casarte a última hora y estás preocupado por si todo va a salir bien o por el poco tiempo que tienes para organizarlo todo, lo mejor es que contrates a un buen profesional que te va a asesorar adecuadamente y sobretodo no te va a hacer perder el tiempo.
Foto: Exclusive Weddings
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