Hay semanas que se hacen eternas...y que agradecen terminar con un momento de relax y desconexión. Nuestra sección de viajes de lujo y lunas de miel originales, en colaboración con Tarannà Luxury Travel, llega cada fin de semana precisamente para eso: para hacerte soñar...
EL CORAZÓN VIAJERO
''Alrededor del mediodía del 23 de Julio de 1911, un explorador llamado Hiram Bingham, escaló una colina empinada y se topó con Machu Picchu, descubriendo para la mayor parte del mundo lo que había sido hasta el momento, el más grande secreto guardado por los Incas.
Pasados ya los días de locura de nuestra celebración de bodas, alrededor del mediodía, en Cuzco, también nosotros nos dispusimos a descubrir este hermoso secreto para nuestro corazón viajero. Subimos a bordo de un lujoso tren, que llevaba el nombre del explorador y que reflejaba el lujo de los trenes europeos de aquellos primeros años del siglo veinte.
Entre casitas colgadas, la locomotora remontaba las colinas hasta descender al Valle Sagrado de los Incas, entre pueblos perdidos y paisajes mosaico, típicos de los cultivos andinos, donde los agricultores trabajaban con la misma paciencia y habilidad que sus antepasados...
El personal de a bordo nos iba sirviendo, primorosamente, un aromático café que ya adivinábamos en la distancia, tostadas, mermeladas de saúco y Pan de Chancho, según dicen el mejor desayuno del mundo. A nuestros flancos, pasaban lentamente inmensas moles nevadas. Junto a los vagones de azul y dorado, perezoso a veces, impetuoso en otras, el hermoso río Urubamba.
La historia iba dejando señales en nuestras pupilas, al pasar por los antiguos restos incas de Jaquijahuana, Qente, Wiñay Wayna, de Ollantaytambo. Desde allí, el paisaje se volvió dramático, las paredes de las montañas parecían presionar los costados del tren, pegado al río ahora turbulento. Rodeados de altos ceibos y afloramientos rocosos, adornados con orquídeas y bromelias, divisábamos grupos de colibríes junto a nuestras ventanas.
En Aguas Calientes tomamos el último tramo, ahora en bus, hasta la ciudadela perdida. Caminamos un corto trecho, escalando la empinada colina, franqueamos un control, esquivamos unos árboles frondosos y, súbitamente, como un decorado imposible, enmarcado frente a la mole del Wayna Picchu, apareció, cortando nuestra respiración y saciando las ansias de nuestro corazón viajero, la ciudadela de Machu Picchu...
El regreso en el Hiram Bingham, delicado, servicial, nos dejó sumidos en la melancolía, sumidos en la promesa de que alguna vez, al menos una vez más, tendríamos que regresar. "
La historia iba dejando señales en nuestras pupilas, al pasar por los antiguos restos incas de Jaquijahuana, Qente, Wiñay Wayna, de Ollantaytambo. Desde allí, el paisaje se volvió dramático, las paredes de las montañas parecían presionar los costados del tren, pegado al río ahora turbulento. Rodeados de altos ceibos y afloramientos rocosos, adornados con orquídeas y bromelias, divisábamos grupos de colibríes junto a nuestras ventanas.
En Aguas Calientes tomamos el último tramo, ahora en bus, hasta la ciudadela perdida. Caminamos un corto trecho, escalando la empinada colina, franqueamos un control, esquivamos unos árboles frondosos y, súbitamente, como un decorado imposible, enmarcado frente a la mole del Wayna Picchu, apareció, cortando nuestra respiración y saciando las ansias de nuestro corazón viajero, la ciudadela de Machu Picchu...
El regreso en el Hiram Bingham, delicado, servicial, nos dejó sumidos en la melancolía, sumidos en la promesa de que alguna vez, al menos una vez más, tendríamos que regresar. "
Puedes consultar el viaje relacionado de Tarannà Luxury Travel al Imperio de los Incas y la Selva Amazónica pinchando aquí.
Dejemos, un viernes más, un espacio para el ensueño...nos lo hemos ganado....feliz fin de semana :)
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